Autor: MARÍA JOSÉ POU AMÉRIGO
I. Definición. Aproximación conceptual.—Según la Real Academia Española, es el conjunto de medios que se emplea para curar o aliviar la enfermedad.
Otras definiciones: Acción y resultado de tratar. Sistema o método para curar enfermedades. Sinónimo de terapia.
Una definición más amplia y más cercana a la concepción actual: conjunto de medios de toda clase, higiénicos, terapéuticos y quirúrgicos, que se ponen en práctica para la curación o alivio de las enfermedades.
El médico, a través de la anamnesis y la exploración, llega a establecer un juicio diagnóstico y pronóstico del paciente y su enfermedad, y de su posible curación, como también el del riesgo que entraña. Es entonces cuando empieza la última prueba y la más importante de las tareas que culmina el médico: curación del enfermo. El médico la utiliza combinando, si es posible, diversos recursos terapéuticos, con los que trata de obtener el restablecimiento del paciente a su antiguo estado de salud.
Según estas definiciones se puede entender como una actividad dirigida siempre a restablecer una situación de salud perdida. Pero, como se verá, el concepto actual abarca mucho más. Se refiere a muy diferentes recursos. Comprende todo lo que ayuda y colabora al restablecimiento del enfermo; pero no sólo a ello, sino a todo lo que podría evitar que cayera enfermo. En tal sentido, bajo este epígrafe tienen cabida desde las recomendaciones dietéticas, a los fármacos, los cuidados que los médicos y el resto de profesionales sanitarios pedirán al enfermo incluyendo dieta, actividad física, etc. (Riera). Y como consecuencia de ello, no sólo el médico tiene un papel en ello.
Para una mejor compresión se expone una breve visión histórica.
II. Aproximación histórica a la terapéutica. 1.1. El tratamiento primitivo.—En la era pretécnica, primitiva y culturas primarias, el concepto de «tratamiento» tenía un sentido de ayuda, auxilio entre grupos humanos. En otras ocasiones recaía en manos del chamán o hechicero. Su acción se realizaba mediante ritos, ceremonias, oraciones, plegarias y una serie de fórmulas mágicas que la sociedad primitiva «creía» que podían curar.
En la curación religiosa eran sacerdote, el dios, los sacrificios ofrecidos a los dioses y las creencias las que ofrecían la curación. En ambas situaciones, además de los elementos meramente supersticiosos también podían utilizarse tratamientos empíricos, como fármacos (hierbas la mayoría de la veces, emplastos, etc.), recursos físicos, medidas preventivas.
En aquella época no se distinguía realmente entre los sucesivos momentos de la acción de sanación: juicio clínico, diagnóstico, pronóstico y terapéutica constituían un todo indivisible. La terapéutica primitiva era realmente una actividad mágica — religiosa en la que podían integrarse elementos empíricos: numerosas formas de Medicina natural, como la dieta, el ayuno, masajes y cataplasmas. Todo esto solía ir acompañado de otros elementos mágicos — religiosos: desde música y danza hasta diferentes ritos, oraciones, tatuajes y amuletos.
1.2. La terapéutica egipcia.—En la Medicina egipcia la terapia se hallaba dominada por la creencia en lo sobrenatural, fueran sacerdotes o chamanes quienes se ocuparan del tratamiento del enfermo. Abundaban las oraciones, encantamientos, ritos, ensalmos. Todo ello se refleja en algunos famosos papiros.
Pero la diferencia con el mundo prehistórico es importante, puesto que, junto a esto, se han encontrado numerosos textos y hallazgos empíricos con autentico valor terapéutico. Incluso algunos de estos textos se componen exclusivamente de recetas con fines terapéuticos. Se le daba especial importancia a la medicación evacuante (purgante, vomitiva) y preparados minerales. Son numerosos los textos que lo atestiguan entre los cuales hay que destacar por su importancia el papiro de Ebers. Este recoge hasta unas ochocientas recetas, con un predominio de los productos de origen vegetal.
1.3. La terapéutica hipocrática.—La curación del enfermo deja de ser un acto religioso para constituirse en una práctica específica del quehacer natural del médico. Surge un nuevo concepto en torno al vocablo Pharmakon (fármaco), que adquiere un claro sentido racional, que puede ser a través de una «droga», una medicación evacuante, dieta, etc., sin elementos supersticiosos o mágico — religiosos. El curador en este caso no es un chamán ni un sacerdote, sino un iatrós, es decir, un médico. De todas formas según la Medicina hipocrática, en la curación interviene no sólo el médico, sino ante todo y sobre todo la naturaleza del propio enfermo, y es aquí donde realmente está la trascendencia evolutiva del concepto. La curación se atribuía en gran parte a la fuerza curativa de la naturaleza.
1.4. La terapéutica post hipocrática.—El periodo helenístico-romano recogió el legado hipocrático y las aportaciones alejandrinas, a las que sumó nuevas y positivas contribuciones en la terapéutica farmacológica y con los recursos físicos. La farmacología a comienzos de nuestra era, contó con las aportaciones excepcionales de Dioscórides y Galeno. Dioscórides (siglo I), describe unas seiscientas plantas medicinales, un centenar de productos animales y casi ciento cincuenta minerales (López Piñero). Los principios de la terapéutica galénica se basan en la doctrina humoral. Los humores, elementos y las cualidades son los conceptos básicos sobre los cuales Galeno construyó su sistema terapéutico.
1.5. Terapéutica y farmacología medievales.— El Islam supo acoger el legado antiguo acrecentando los conocimientos sobre Materia Médica (productos de origen vegetal con efecto terapéutico). Numerosas drogas y especies botánicas han llegado a Europa a través del Islam, como el aloe, alcanfor, etc.
Los medicamentos químicos deben al Islam notables progresos en su introducción terapéutica, por ejemplo, los preparados mercuriales. Los comienzos de la alquimia tienen sus orígenes también en el mundo árabe medieval. No hay que olvidar que la alquimía reunió experiencias químicas junto con numerosos elementos mágicos supersticiosos, como la transmutación de los metales, la quinta-esencia, etc.
1.6. La terapéutica moderna.—La actitud del médico y el modo de entender la terapéutica cambia radicalmente a partir del siguió XVI. El médico moderno aspiraba a jugar un papel cada vez más importante en la curación del enfermo, erigiéndose en el auténtico responsable del resultado terapéutico.
Un conjunto de circunstancias, actitudes y modelos doctrinales aunados, fueron convirtiendo el antiguo tratamiento según Galeno en la nueva terapéutica moderna, cada vez más rigurosa en sus indicaciones y abierta a las posibilidades que le deparaba la decidida voluntad de los médicos y científicos modernos de encontrar remedios eficaces para cualquier proceso morboso. La terapéutica moderna ha seguido y está siguiendo los caminos del proyecto utópico de Paracelso de encontrar remedios específicos para todas las enfermedades.
III. Estado actual de la cuestión. Tipos de tratamiento.— Como conjunto de saberes acerca de la salud y de la enfermedad, la Medicina cobra su sentido desde las ciencias básicas de la salud (anatomía, fisiología, bioquímica, etc.) y desde la patología, mientras que como profesión que cumple una determinada función social, es decir, en tanto que técnica, la Medicina encuentra su verdadera razón de ser en el tratamiento de las enfermedades, en la acción terapéutica (Barona). La Medicina, como actividad práctica que al fin y al cabo es, satisface sus objetivos mejor o peor dependiendo de la consecución o no de restituir la salud de los ciudadanos.
Surge la cuestión de cuál es el significado estricto que concedemos a este concepto. Un primer aspecto es el de hacer desaparecer los signos y síntomas que produce la enfermedad. Esta es la perspectiva del carácter científico de la curación biológica.
Pero obviamente otro aspecto que no podemos olvidar es el del restablecimiento de recuperación de las funciones que el paciente desempeña dentro de la sociedad; en este sentido hablamos de tratamiento rehabilitador.
Por otra parte, la enfermedad siempre conlleva una determinada carga psicológica, de manera que la Medicina no puede olvidarse de las dimensiones biológica, psicológica y social.
Pero la función del profesional sanitario no consiste sólo en establecer una estrategia para curar la enfermedad ya establecida, sino en crear las condiciones más apropiadas para que no se produzcan, para que la respuesta natural del organismo y del ambiente que lo rodea pueda luchar y evitar la aparición de ellas.
Se van estructurando así las diferentes acepciones y tipos de tratamiento.
a) Tratamiento médico: el que se practica principalmente por medio de agentes medicamentosos.
Generalmente se utiliza como opuesto al tratamiento quirúrgico.
b) Tratamiento quirúrgico: el que emplea principalmente los medios quirúrgicos.
Según el tratamiento vaya dirigido a prevenir, curar o rehabilitar, se habla de tratamiento preventivo, curativo o rehabilitador.
Un tratamiento, a su vez puede ser:
— Curativo o radical: el que intenta curar o erradicar la enfermedad, ya sea por medios farmacológicos o quirúrgicos.
— Paliativo: el que intenta aliviar u ofrecer el máximo bienestar al paciente que no puede alcanzar un tratamiento curativo. Habitualmente se hace mención a dicho tratamiento como cuidados paliativos.
— Activo o específico: el tratamiento dirigido contra la causa que provoca la enfermedad. Puede ser curativo o paliativo.
— Sintomático: el que alivia o calma los síntomas que producen las enfermedades en las que se desconoce o no tienen un tratamiento eficaz. También en aquellas que sí lo tienen, como tratamiento combinado para aliviar los síntomas mientras el tratamiento radical hace el efecto deseado.
— Preventivo: Conjunto de medidas sociales, higiénicas, ambientales y personales que intentan evitar la aparición de enfermedades.
— Otros términos relacionados: psicoterapia, radioterapia, hidroterapia: según se trate de tratamientos dirigidos a alteraciones o desviaciones de aspectos psíquicos, o la utilización de radiaciones física o tratamientos basados en las efectos beneficiosos de las aguas.
Es evidente que, en la situación actual del concepto de tratamiento no se puede olvidar el papel tan importante de otros profesionales sanitarios: entre otros la enfermería, la psicología, asistencia social y fisioterapia.
Se habla por tanto de tratamiento de enfermería como aquellas actividades de tratamiento iniciadas por el profesional de enfermería en respuesta al diagnóstico de enfermería. Ejemplos de ello pueden ser curas de heridas, de úlceras en la piel, contención de hemorragias, etc., sin olvidar la labor tan importante en el tratamiento preventivo y rehabilitador de todos estos profesionales.
IV. Consideraciones finales.—Con todo lo expuesto, se pretende poner de manifiesto la evolución del concepto de tratamiento desde el punto de vista científico-médico. Actualmente incluye una enorme variedad de actividades a muy diversos niveles: macro y micro sociales, grupales e individuales, dirigidos globalmente tanto a prevención como a alivio, curación de procesos patológicos (tanto biológicos como psicológicos y sociales) y a la rehabilitación de las deficiencias que haya creado.
En este sentido, en importante en el papel de la sociedad, paciente y diferentes profesionales sanitarios.
Véase: Asistencia sanitaria, Cuidados paliativos, Drogas, Enfermedad, Enfermería y Bioética, Farmacología, Medicamento, Profesiones sanitarias, Riesgo, Salud, Terapia, Tratamiento.
Bibliografía: BARONA, Josép Lluís, Introducción a la Medicinam, Universitat de València, Server de Publicacions, 1991; LÓPEZ PIÑERO, José María, Historia de la Medicina, Madrid, Historia 16, 1990; RIERA, Juan, Historia, Medicina y sociedad, Ediciones pirámide, S.A., Madrid, 1985.
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