Autor: IÑIGO DE MIGUEL BERIAIN
La Organización Mundial de la Salud (OMS o WHO en sus siglas en inglés) se define a sí misma como «la autoridad directiva y coordinadora de la acción sanitaria en el sistema de las Naciones Unidas. Es la responsable de desempeñar una función de liderazgo en los asuntos sanitarios mundiales, configurar la agenda de las investigaciones en salud, establecer normas, articular opciones de política basadas en la evidencia, prestar apoyo técnico a los países y vigilar las tendencias sanitarias mundiales». Podría, por tanto, caracterizársela como la agencia de las Naciones Unidas cuya función consiste en coordinar las acciones internacionales en salud pública, con el objetivo fundamental, contenido en su Constitución, de que «todos los pueblos puedan gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr», entendiéndose como salud un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
La Organización fue creada por iniciativa del Consejo Económico y Social de la ONU, que impulsó la redacción de sus primeros estatutos. Su Constitución fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946 y firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Off. Rec. Wld Hlth Org.; Actes off. Org. mond. Santé, 2, 100), entrando en vigor el 7 de abril de 1948, fecha que se conmemora cada año en el Día Mundial de la Salud. La primera reunión de la OMS tuvo lugar en Ginebra, en 1948, ciudad que alberga desde entonces hasta ahora la Sede Central de la organización. Todos los países que sean Miembros de las Naciones Unidas pueden llegar a ser Miembros de la OMS aceptando su Constitución. Los demás países pueden ser admitidos como tales si sus solicitudes son aprobadas por mayoría simple de votos en la Asamblea de la Salud. En el momento actual, la OMS comprende 193 países, incluyendo todos los Estados Miembros de la ONU, con la excepción de Liechtenstein, y 2 territorios no miembros de la ONU, Niue y las Islas Cook, que poseen el estatuto de miembros asociados (con acceso a la información completa pero con participación y derecho a voto limitados). Ahora mismo hay dos entidades, Puerto Rico, y Tokelau, que aspiran a alcanzar este mismo estatuto. El Estado Vaticano tiene estatuto de observador.
El órgano directivo de la OMS es la Asamblea Mundial de la Salud. Se halla conformado por los 193 países que componen el organismo y se reúne anualmente, generalmente en mayo de cada año. Dicho organismo es el encargado de definir las políticas financieras de la organización, correspondiéndole a él aprobar su presupuesto. Es, además, competencia suya elegir a los miembros del Consejo Ejecutivo de la OMS. Integrado por 34 miembros técnicamente cualificados en el campo de la salud que gozan de un mandato de tres años, su función esencial consiste en aplicar las decisiones y políticas de la Asamblea. El tercer organismo clave dentro de la estructura de la OMS es su Secretaría, para la que trabajan unas 8000 personas, especialistas en cuestiones sanitarias y de otra índole y funcionarios de apoyo designados para un plazo fijo, que desempeñan su tarea en la Sede Central, en las seis oficinas regionales, y en los países en los que se halla implantada la OMS. La OMS cuenta, para el desempeño ejecutivo de sus trabajos, con un Director General, que es designado por la Asamblea de la Salud a propuesta del Consejo Ejecutivo. En la actualidad ocupa el cargo la Dra. Margaret Chang, de nacionalidad china, nombrada por la Asamblea Mundial de la Salud el 9 de noviembre de 2006. Junto a esta primera figura destacan la de un Director General Adjunto y un Director Ejecutivo. En el ámbito espacial, la OMS se halla organizada sobre la base de una Sede Central, situada en Ginebra, como se ha dicho, y seis oficinas regionales, cada una de las cuales es dirigida por un director regional. Existe, además, en cada una ellas un comité regional, formado por todos los jefes del servicio de salud de todos los gobiernos de los países que forman parte de la organización. Entre las funciones de estos comités están las de proponer el nombre del director regional, diseñar la puesta en práctica de las políticas de la OMS en la zona, gestionar la utilización de los recursos, supervisar la actuación del personal sanitario y los expertos que trabajen para la OMS, así como controlar, en cooperación con la dirección general, la actuación de todos los jefes de las oficinas de los países que componen su región, los representantes de la OMS.
Las seis oficinas regionales son:
1) Oficina Regional para África (AFRO), con sede en Brazzaville, República de Congo. AFRO incluye la mayor parte del África sub-sahariana, a excepción de Egipto, Sudán, Túnez, Libia, Marruecos y Somalia que pertenecen a EMRO.
2) Oficina Regional para Europa (EURO), con sede en Copenhague, Dinamarca, a la que pertenecen todos los países europeos.
3) Oficina Regional para Asia Sur-Oriental (SEARO), con sede en Nueva Delhi, India, que reúne todos los países asiáticos que no forman parte de la WPRO o la EMRO.
4) Oficina Regional para el Mediterráneo Oriental (EMRO), con sede en El Cairo, Egipto. EMRO incluye los países del norte de África más Somalía, así como todos los países del Oriente Medio.
5) Oficina Regional para el Pacífico Occidental (WPRO), con sede en Manila, Filipinas, que agrupa a todos los países asiáticos que no forman parte de SEARO o de EMRO, y todos los países de Oceanía.
6) Oficina Regional para las Américas (AMRO), con sede en Washington D.C., Estados Unidos. Es mejor conocida como la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Durante los más de cincuenta años de su existencia, la OMS ha combinado la elaboración de normativas y recomendaciones con la realización de estudios teóricos, la divulgación de la información y la actuación sobre el terreno. Con respecto a lo primero, destacan su Reglamento Sanitario Internacional, jurídicamente vinculante para los países miembros, su clasificación internacional de enfermedades, clave para unificar diagnósticos, sus recomendaciones sobre las precauciones a adoptar en los viajes a los diferentes países, la confección de una lista de Medicinas esenciales que todo sistema de salud debería tener a disposición de sus ciudadanos, o la elaboración de unas normas de calidad para sustancias farmacéuticas, excipientes y formas farmacéuticas, para su adopción por los Estados Miembros de la OMS.
En lo que se refiere a su labor fundamentalmente investigadora, conviene citar sus informes anuales sobre la salud en el mundo, que comenzaron a publicarse en el año 1995, o aquellos otros dedicados a temas específicos, como el que versó sobre el impacto de las ondas de los teléfonos móviles en la salud humana. Esta tarea se ve convenientemente complementada por sus esfuerzos encaminados a promover la divulgación de la información, papel en el que desarrolla un papel esencial su página web, http://www.who.int/es/. A ello hay que añadir la publicación de un Boletín mensual que contiene artículos dedicados a los países en desarrollo, un parte epidemiológico semanal sobre casos y brotes de enfermedades transmisibles y una revista trimestral sobre temas relacionados con la obtención de medicamentos y la reglamentación farmacéutica, además de otras muchas publicaciones regionales.
Por fin, y en lo que atañe a su labor de campo, hay que señalar que le ha correspondido a la OMS tratar de controlar en el ámbito internacional brotes de enfermedades infecciosas tan devastadoras como el SIDA, el SARS, la malaria, o, más recientemente, la gripe-A, que en el momento de escribir estas líneas se acababa de convertir en la primera pandemia declarada como tal (por la OMS) del siglo XXI. Con el fin de encarar adecuadamente estos retos, la organización ha fomentado el desarrollo y la distribución de vacunas y fármacos, contribuyendo, además, a encontrar los recursos económicos necesarios para su puesta en funcionamiento. Al intento de alcanzar sus objetivos fundacionales corresponden también sus políticas encaminadas a proporcionar a la población el acceso al agua potable o la implantación de sistemas de eliminación de residuos que contribuyan a mejorar la salud general. Algunos de los logros de su actividad, como la erradicación de la viruela, a la que puede seguir dentro de poco tiempo la poliomielitis, son innegables. Su lucha contra el tabaco o a favor de una alimentación más sana, por el contrario, han encontrado mayores escollos, ya sea por la resistencia de la población a los cambios o por la propia polémica que envuelve a algunas de sus recomendaciones, como la reducción de los niveles de azúcar en la dieta humana.
En el año 2009, la OMS ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional.
Véase: Agencias del medicamento, Asistencia sanitaria, Atención sanitaria, Estudios epidemiológicos, Formación en bioética, Globalización y bioética, Medicamento, Pandemia, Recursos sanitarios, Salud, Salud Pública y consumo, Sistemas de salud.
Bibliografía: MARTÍNEZ LILLO, P. Z. / PEREIRA CASTAÑARES, J. C., La ONU, Madrid, Arco libros, 2001; LEE, K., World Heath Organization (Global Institutions), New York, Routledge, 2009; SIDDIQI, J., World Heath and World Politics: The World Heath Organization and the UN System, South Carolina, University of South Carolina Press, 1995; BURCI, G. L. / VIGNES, C., World Heath Organization, The Netherlands, Kluiver, 2000; http:// www.who.int/es/
2024 © Cátedra Interuniversitaria de Derecho y Genoma Humano | Política de Privacidad | Condiciones de uso | Política de Cookies | Imprimir