Autor: JAVIER ARIAS DÍAZ
Regenerar procede del griego génesis (origen o principio de algo, serie encadenada de hechos y de causas que conducen a un resultado), al que se antepone el prefijo de origen latino re— (volver al principio), así pues la Medicina regenerativa sería aquella rama de la ciencia médica cuyo objetivo es restaurar el tejido u órgano dañado a su estado original, en contraposición a lo que sería la Medicina reparativa, que trataría de paliar el daño secundario a lesión o enfermedad. Tras un proceso regenerativo óptimo, el tejido resultante sería indistinguible del original, mientras que los procesos reparativos suelen recurrir al tejido conjuntivo fibroso como método para rellenar defectos estructurales o para permitir al tejido resultante soportar esfuerzo. Los tejidos de mamíferos que no se regeneran, se reparan de manera natural mediante fibrosis. Incluso aquellos que habitualmente se regeneran (p.e., el hígado) pueden repararse mediante fibrosis si la magnitud de la lesión supera su capacidad regenerativa. Con frecuencia se denomina cicatriz a la zona resultante de la reparación, en la que predomina dicho tejido fibroso.
La Medicina regenerativa es un campo novedoso en cuyo futuro se vislumbra el reemplazar por completo zonas del cuerpo dañadas por accidente o enfermedad. Entre las potenciales estrategias para permitirlo estarían el trasplante de células troncales, el implante de tejidos bioartificiales sintetizados en el laboratorio (ingeniería tisular) y la inducción de regeneración a partir de las propias células del organismo, mediante la modificación de las células troncales del tejido o de su entorno. Entre las células troncales, existe una variedad particularmente prometedora para su implantación en terapia humana a corto o medio plazo, se trata de las células troncales mesenquimales. Se trata de un grupo de células clonogénicas presentes en el estroma de la médula ósea y con capacidad para diferenciarse en diversas líneas de células de tipo mesodérmico tales como osteoblastos, adipocitos y condrocitos, y posiblemente, aunque aún sometido a controversia, en otros tipos celulares no mesodérmicos, tales como neuronas o hepatocitos. Además, las células troncales mesenquimales son relativamente hipoinmunogénicas y, por tanto, podrían trasplantarse entre individuos con incompatibilidad entre sus HLA sin generar rechazo importante.
Hasta ahora han sido exploradas cuatro áreas de uso clínico potencial de las células troncales mesenquimales:
a) Implante de dichas células en patologías localizadas.
A este respecto, existe ya cierta experiencia en su utilización para reparación de defectos óseos, por ejemplo problemas de consolidación de fracturas, y cartilaginosos.
b) Infusión sistémica. Se ha utilizado en algunas enfermedades específicas, tales como la osteogénesis imperfecta grave, el síndrome de Hurler y la anemia aplástica idiopática, con resultados alentadores.
c) Terapia combinada de células mesenquimales troncales con terapia génica. Dicho enfoque ha sido usado con éxito en modelos animales de diversas enfermedades. El uso de células troncales modificadas genéticamente en el contexto de la terapia génica es una opción atractiva debido a las ventajas teóricas de estas células sobre las adultas de una mayor capacidad proliferativa y supervivencia a largo plazo.
d) Utilización de las mesenquimales troncales en protocolos de ingeniería tisular. Debido a su relativa facilidad para crecer in vitro y su potencial de diferenciación, las células mesenquimales troncales son buenas candidatas para su uso en ingeniería tisular.
A pesar de todo lo anterior, la Medicina regenerativa no será una realidad sin un conocimiento de los mecanismos fundamentales de la morfogénesis y del desarrollo embrionario, del cual nos hallamos aún lejos a día de hoy. Los mecanismos de regeneración a nivel molecular y celular son objeto de estudio de la biología del desarrollo, la cual trata de definir los factores que conducen a una respuesta regenerativa tras una lesión y cómo dichos factores difieren en una respuesta fibrótica. La Medicina regenerativa posteriormente tendría que aplicar dicho conocimiento en el desarrollo de terapias que estimulen la regeneración funcional de los tejidos dañados y que no regeneren espontáneamente o bien de aquellos cuya capacidad regenerativa se encuentre menoscabada por cualquier motivo.
Véase: Célula troncal.
Bibliografía: CUEVAS SÁNCHEZ, Pedro, «Utilización de las células trocales en la terapia celular de la medicina regenerativa. Realidades y fantasías», en MARTÍNEZ MARTÍNEZ, julio Luis (coord.), Células troncales humanas: aspectos científicos, éticos y jurídicos, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2003; NOMBELA CANO, César, «Clonación terapéutica: ¿futuro de la Medicina Regenerativa?», Crítica, núm. 915 (2004); GAVIRA GÓMEZ, Juan José et. al., «Trasplante celular y terapia regenerativa con células madre», Anales del sistema sanitario de Navarra, Vol. 29, Extra 2, 2006; VEIGA, Anna / ARÁN, Begoña, «Células madre embrionarias y medicina regenerativa», Mètode: Anuario, núm. 2008 (2008).
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