Autor: FERNANDO ANTOÑANZAS VILLAR
Por este término se entiende el estudio de la disciplina o especialidad de la Economía dedicada al estudio del sector sanitario y del comportamiento del individuo respecto de la salud. El peso del sector medido en términos de su participación en el Producto Interior Bruto (superior al 15% en EE.UU. y entre el 7-12% en los países desarrollados) ha hecho que se dedique una especial atención al estudio de las relaciones económicas entre los agentes de dicho sector sanitario. Las primeras investigaciones datan de la década de 1960, con autores como M.Feldstein y V. Fuchs en EE.UU., y con A.Williams y B.A. Smith en el Reino Unido, por citar algunos ejemplos.
Como tal especialidad de la Ciencia Económica, persigue el análisis del consumo, de la producción y de la distribución de los bienes sanitarios tanto de forma individual como social, al considerar el sistema sanitario en su conjunto. La Economía sanitaria o Economía de la salud es una economía sectorial, como puede ser la Economía agraria, la Economía de la educación o del transporte.
La Economía de la salud emplea el método de la Ciencia Económica, así como los métodos de las Ciencias de la Empresa, especialmente, en lo concerniente al estudio de las organizaciones sanitarias. La Economía de la salud adopta tanto la perspectiva de la economía positiva, esto es, analiza «lo que es», sin juicios de valor, como la de la economía normativa, es decir, que indica «lo que debe ser», a partir de ciertos juicios de valor, ayudando más directamente, en este último caso, a los procesos de adopción de decisiones.
En torno a los fenómenos sanitarios coinciden simultáneamente un conjunto de elementos que caracterizan las dificultades del mercado para que sea el instrumento que solucione las decisiones en torno a qué bienes se han de producir, cómo y para quien; decisiones básicas para analizar desde la perspectiva económica cualquier bien. Esos elementos se refieren al carácter incierto de la demanda de atención sanitaria por desconocerse el momento de contraer una enfermedad, al también carácter incierto de los tratamientos para restablecer la salud, a la naturaleza de bien público que tienen algunos de sus componentes, a la existencia de efectos externos en torno a la salud (consecuencias para la demanda o producción de salud de un individuo derivadas de los comportamientos de otros individuos) y a que en numerosos ordenamientos constitucionales aparece la atención sanitaria o la propia salud como un derecho individual de cada ciudadano, esto es, que la atención sanitaria recibiría el trato de un bien tutelado por la Administración Pública.
Estas dificultades del mercado para actuar como instrumento de solución al problema económico (la determinación de qué producir, cómo hacerlo y para quien) junto con el carácter de bien tutelado han hecho que los sistemas sanitarios cuenten con altas dosis de intervención del sector público y que la Economía de la salud haya intentado, desde sus orígenes, analizar los elementos antes citados para aportar un mejor conocimiento del sector, para así facilitar la regulación de algunos aspectos o para que la intervención de la Administración Pública sea más eficiente (genere más resultados en términos de salud para la población con unos recursos dados).
Algunos de los aspectos estudiados por la Economía de la salud tienen que ver con la financiación del sistema sanitario en lo referente a la suficiencia, a la equidad de la carga soportada para pagar la atención sanitaria o a las aportaciones de los individuos por la utilización de los servicios, en lo referente al diseño de los seguros sociales y privados, así como a las formas de retribución de los agentes e instituciones del sistema, esto es, a la financiación o pagos de quienes prestan los servicios sanitarios. La forma en que se financia el sistema y los agentes sanitarios es un elemento crucial de todo sistema por el componente de incentivo para modificar conductas que posee cualquier aspecto relacionado con la retribución de los servicios prestados.
Especial interés ha cobrado el reparto de fondos entre diferentes niveles de la Administración Pública para la prestación de los cuidados sanitarios. Estos asuntos han ocupado buena parte de las investigaciones en países descentralizados como Reino Unido, España, Suecia, etc. donde se han desarrollado, adoptado y probado diferentes fórmulas matemáticas e instrumentos.
Otros aspectos se refieren a los estudios de eficiencia en el uso de las tecnologías sanitarias. Esta eficiencia se analiza mediante la evaluación económica cuyos métodos y aplicaciones gozan de gran tradición dentro de la Economía de la salud y para algunos observadores constituye la parte más visible e influyente de esta disciplina en cuanto a la adopción de decisiones de regulación y de política farmacéutica. Concretamente, en el caso de que las tecnologías sanitarias se materialicen en forma de medicamentos, la evaluación económica ha pasado a denominarse «Farmacoeconomía», la cual, a su vez, casi constituye por sí sola una subespecialidad de la Economía de la salud.
El empleo de las técnicas cuantitativas ha sido común en el avance de esta disciplina ya que ha ayudado a la formulación y desarrollo de modelos teóricos así como a su contrastación. Inicialmente, los modelos tendían a emplear datos de series temporales, mientras que, actualmente, son más comunes los micro-econométricos con datos de panel y de sección cruzada. Mediante estos últimos modelos, cuestiones como la demanda de salud, la inducción de la demanda de cuidados sanitarios, así como el estudio de los seguros sanitarios han sido profusamente estudiados.
Toda esta investigación se ha canalizado al amparo de varias asociaciones científicas, algunas de carácter internacional como la International Health Economics Association, o nacional, como la Asociación de Economía de la Salud, en España, entre otras, que agrupan a los expertos en estas materias y mantienen foros de debate y de presentación de los estudios. Además, existen varias publicaciones científicas sobre Economía de la salud de gran prestigio internacional por el carácter de las investigaciones divulgadas y por los altos índices de impacto registrados por el International Science Citation Index.
Véase: Asistencia sanitaria, Atención sanitaria, Competencia en materia sanitaria, Derechos humanos, Políticas de investigación en salud, Políticas del gasto sanitario, Salud, Usuario del sistema sanitario.
Bibliografía: ABEL-SMITH, B., Value for Money in Health Services, Heinemann: London, 1976; CULLIS, JG / WEST, P., Introducción a la economía de la Salud. Bilbao: DBB, 1984; FOLLAND, S. / GOODMAN, AC. / STANO, M.,The Economics of Health and Health Care, Macmillan, London, 1993; WILLIAMS, A. / ANDERSON, R., Efficiency in the Social Services, Basil Blackwell: Oxford, 1975.
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