ENCICLOPEDIA de BIODERECHO y BIOÉTICA

Carlos María Romeo Casabona (Director)

Cátedra de Derecho y Genoma Humano

medicina alternativa (Técnico)

Autor: EDUARDO OSUNA CARRILLO DE ALBORNOZ

I. Definición.—La Medicina alternativa o complementaria (MAC) comprende un grupo diverso y heterogéneo de prácticas, productos y medicamentos destinados al diagnóstico, tratamiento y preservación de la salud, no considerados como parte de la Medicina convencional y cuyos conocimientos, por lo general, no son impartidos a los estudiantes en las facultades de Medicina (Cohen, Kinsel/Straus), aunque son cada vez más frecuentes en los planes de estudio de muchas universidades. En muchos países, las expresiones «Medicina complementaria» o «Medicina alternativa» se emplean de manera intercambiable con «Medicina tradicional», que para la OMS (según recoge en su informe Traditional Medicine – Growing needs and potential) consiste en la suma total del conocimiento, habilidades y prácticas basadas en las teorías, creencias y experiencias inherentes a las diferentes culturas, ya sean explicables o no, y que son usadas tanto en el mantenimiento de la salud como en la prevención, diagnóstico, mejora o tratamiento de las enfermedades físicas o mentales. La Medicina tradicional ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de la farmacología moderna. Un gran número de productos farmacéuticos usados en la actualidad son de origen vegetal, y muchos de ellos fueron descubiertos en el ámbito de la Medicina tradicional.
Es difícil definir, utilizando una terminología precisa, las terapias y productos, comprendidas en un amplio espectro de enfoques terapéuticos, que abarca desde opciones fundamentadas sobre pruebas científicas hasta aquellas que escapan a cualquier explicación científica plausible. Son practicadas tanto por médicos y otros profesionales sanitarios, como por individuos sin título alguno, lo que puede acarrear problemas legales, que serán tratados en un apartado posterior.

II. Tipos.—Algunas de las más conocidas son las siguientes:
— Acupuntura: Práctica médica china que consiste en la colocación de agujas muy finas en canales no anatómicos de energía llamados meridianos.
— Aromaterapia: Empleo de aceites esenciales vegetales (concentrados, destilados), para masajes, baños o inhalación.
— Biorretroalimentación: Uso de aparatos que traducen fenómenos fisiológicos en señales auditivas o visuales.
— Curanderismo: Tradición curativa espiritual que utiliza limpieza, ritual, plantas medicinales y conjuros.
— Danza terapéutica o coreoterapia: Utiliza la danza y el movimiento para tratar trastornos emocionales. — Fitoterapia: Terapia que usa las plantas con fines Medicinales.
— Flores de Bach: Consiste en la administración de infusiones florales diluidas que se utilizan para combatir trastornos emocionales.
— Hidroterapia: Utiliza el agua a diversas temperaturas, a veces en reposo a veces a presión, en ocasiones junto a sales u otras sustancias.
— Hipnosis: Consiste en la inducción de un estado alterado de la mente en la que el sujeto se torna receptivo a determinadas sugerencias. En esta interacción, el hipnotizador intenta influir en la percepción, sentimientos, pensamientos y conductas de los individuos.
— Homeopatía: Terapia que trata de curar las enfermedades mediante la administración de mínimas dosis de las sustancias, que producirían síntomas iguales o parecidos a los que trata de combatir. Sigue el principio enunciado como similia similibus curantur («lo similar se cura con lo similar») y la sustancia se dirige al individuo y no a la enfermedad y tiene que estar diluida y dinamizada.
— Imaginación guiada: Uso de la imaginación para desencadenar imágenes específicas que modifiquen la función fisiológica.
— Iridología: Es ante todo un método de diagnóstico que consiste en leer en el iris los signos de ciertos trastornos o enfermedades del organismo.
— Masaje: Empleo de movimientos firmes y específicos de deslizamiento, presión y fricción para lograr la relajación muscular.
— Medicina antroposófica: Sistema espiritual de Medicina que incorpora plantas medicinales, homeopatía, dieta y una modalidad de cinesiterapia llamada euritmia.
— Medicina ayurvédica: Principal sistema de Medicina tradicional de la india que utiliza el diagnóstico por el pulso y la revisión de la lengua. El tratamiento comprende dieta, ejercicios, plantas medicinales, masajes con aceite y regímenes de eliminación (con uso de eméticos, laxantes y otros productos).
— Medicina nativa estadounidense: Sistemas heterogéneos que incorporan plegarias, cantos, música, ceremonias, plantas medicinales, imposiciones de manos o la limpieza ritual con plantas sagradas.
— Medicina tradicional china: Utiliza la revisión de la lengua y los pulsos para el diagnóstico y también utiliza la acupuntura, mezclas de plantas medicinales, masaje, ejercicio y dieta.
— Medicina quiropráctica: Utiliza el ajuste de las vértebras de la columna.
— Medicina siddha: Terapia procedente del este de la India (prevalente entre los tamiles) que utiliza técnicas de respiración, conjuros, plantas medicinales y muppu (preparado con tres sales).
— Medicina tibetana: Práctica terapéutica que utiliza el diagnóstico mediante el estudio del pulso y de la orina. Emplea plantas medicinales, dieta y masaje.
— Medicina unani: Conjunto de terapias del este de la India, procedente de la Medicina persa, utilizado fundamentalmente por la comunidad musulmana.
— Meditación: Modalidad terapéutica en la que la persona trata de tener conciencia plena, pero sin interferencia de pensamientos.
— Movimientos Feldenkrais: Secuencias muy estructuradas de movimientos que destacan la colocación precisa de la cabeza en una posición adecuada. — Movimientos trager: Masaje suave en combinación con movimientos pasivos suaves para que los pacientes alcancen el máximo de libertad de movimiento.
— Musicoterapia: Terapia mediante el canto, el uso de instrumentos o la escucha de música.
— Naturopatía o Medicina natural: Conjunto de terapias que incluye el uso de plantas medicinales, la homeopatía, la acupuntura, la hidroterapia, la dieta y el ejercicio.
— Osteopatía: Incorpora técnicas de manipulación para corregir alteraciones del sistema musculoesquelético.
— Reflexología y terapia de zonas: Consiste en la estimulación manual de puntos concretos en las manos y en los pies.
— Rolfing o integración estructural: Terapia que intenta realinear el cuerpo mediante la manipulación de tejidos profundos como las aponeurosis.
— Shiatsu o acupresión: Presión digital en puntos que siguen meridianos no anatómicos.
— T’ai chi ch’aun: Meditación en movimiento mediante la realización de ejercicios a manera de danza china.
— Técnica de Alexander: Terapéutica cinética que destaca por el empleo eficaz de músculos para aplacar el dolor, disminuir la sobrecarga ósea y mejorar la postura.
— Terapia craneosacra: Manipulación suave del cráneo y de la columna vertebral.
— Toque terapéutico (presión de puntos): Versión particular de imposición de manos, descrita como «meditación curativa».
— Yoga: Terapia de la India, que incluye posturas (asanas), ejercicios de respiración (pranayama) y práctica de limpieza (kriyas).
El listado precedente incluye una gran diversidad de técnicas y muchas de ellas carecen de base científica. Su elemento común es el enfoque holístico de la vida, el equilibrio entre la mente, el cuerpo y su entorno y el énfasis en la salud en vez de la enfermedad. Por lo general, se centran en las necesidades de las personas, en la condición general del paciente individual, en lugar de hacerlo en la dolencia o enfermedad que requiere ser tratada.

III. Uso de las Medicinas alternativas y complementarias.— En el momento en el que la Medicina convencional adquiere su mayor avance y la máxima capacidad resolutiva llama la atención el incremento del uso de las MAC. Los primeros datos sobre su amplio uso proceden de Eisenberg y cols. en 1990. Señalaban que en Estados Unidos, uno de cada tres pacientes había utilizado las Medicinas alternativas durante el último año. Según la OMS (Traditional Medicine –Growing needs and potential) en muchos países desarrollados se están haciendo cada vez más populares. En Australia el 48% de la población las utiliza, al menos una vez, el 70% en Canadá, 42% en EE.UU., 38% en Bélgica y 75% en Francia. En África hasta un 80% las usa para satisfacer sus necesidades sanitarias. La mayoría de los pacientes las utilizan de forma complementaria y no como alternativa (Astin, Rees/Weil).
Las razones para su uso son diversas: circunstancias históricas y culturales; la accesibilidad y asequibilidad; el exceso de expectativas generadas por la Medicina convencional, así como los efectos adversos de algunos de sus tratamientos o el fracaso para afrontar y resolver enfermedades crónicas, degenerativas o para tratar trastornos funcionales; el deterioro de la relación médico-paciente, el escaso tiempo dedicado a la consulta y la excesiva tecnificación. Las MAC tienen también una mayor aceptación entre quienes creen en la superioridad de lo natural y en quienes adoptan una postura anticientífica junto a una inclinación por lo exótico y el misticismo. Otro de los factores es el fácil acceso a muchos de estos preparados y terapias a través de internet. Debemos preguntarnos si la venta y distribución de sustancias, remedios dietéticos, preparados naturales, etc. de dudosa utilidad para la salud, e incluso en ocasiones claramente perjudiciales puede quedar al margen de una severa regulación por las autoridades sanitarias.

IV. Utilidad de las MAC.—En general, las MAC no han demostrado su eficacia mediante la aplicación de métodos científicos. No obstante, este hecho no es sinónimo de ineficacia, ya que un elevado número de pacientes refieren una mejoría de sus síntomas y de su calidad de vida. El efecto placebo se da con mayor frecuencia en este tipo de prácticas terapéuticas puesto que muchos de los factores antes comentados, en relación a su uso, favorecen su aparición. Por otra parte, una importante proporción de las enfermedades son crónicas e insidiosas y de curso lentamente progresivo, con lo que es fácil constatar una aparente falta de progresión de la enfermedad.
En numerosas ocasiones, el elemento curativo más importante en una consulta médica es el individuo y no el fármaco que se prescribe, es decir, la forma y la atmósfera en que se realiza la prescripción. La comunicación también deber considerarse como una herramienta terapéutica, frecuentemente olvidada en la práctica sanitaria. Desde las MAC se tiende a potenciar este aspecto, implicando al enfermo, utilizando un enfoque muy individualizado, dirigido a la persona más que al proceso.
Durante los últimos años se han realizado estudios, sobre todo en homeopatía, para demostrar una eficacia superior al placebo con el uso de estas terapias. Los resultados son contrapuestos y son mayoritarios los metaanálisis publicados en revistas del máximo prestigio internacional, que concluyen que los efectos clínicos de estos preparados homeopáticos se deben al efecto placebo (Shang y cols.). Por otra parte, nadie duda que estas prácticas puedan ser útiles en muchos pacientes, pero de este hecho no cabe deducir que esta eficacia se deba a un valor intrínseco propio, independiente del efecto placebo.

V. Seguridad y efectos adversos.—La seguridad de las MAC, considerada como la ausencia de efectos adversos, es una falacia (Angell/Kassirer). La supuesta seguridad de las hierbas medicinales al ser un producto natural es falsa. No olvidemos que muchos de estos preparados, como en los medicamentos convencionales, son terapéuticos a unas dosis y tóxicos a otras, con la dificultad añadida de conocer con precisión la cantidad administrada. También son muchas las ocasiones en las que la administración conjunta de hierbas y fármacos conduce a un aumento o disminución de los efectos farmacológicos o tóxicos de cada componente (Fugh-Berman, Hu y cols.). Otro aspecto a considerar es el grado de formación y preparación de quienes aplican las Medicinas alternativas. Dado el amplio uso y el interés que genera la OMS (Cohen) en el documento denominado Estrategia de la OMS sobre Medicina Tradicional 2002-2005, instó a los estados miembros a desarrollar marcos normativos sobre su práctica y a estudiar su utilidad potencial, incluyendo la evaluación de prácticas y análisis de la eficacia de las distintas terapias.

VI. Marco legal.—La regulación del comercio y práctica de estas terapias es muy variable, aunque su uso esté autorizado en todos los países. Sería necesario que incluyera el registro de quienes las ejercen, la definición de quienes tienen derecho a practicarlas y quienes deben considerarse intrusos, y sobre las diversas normas para autorizar su práctica. Toda iniciativa hacia este ordenamiento debe también incluir una regulación de los productos utilizados, con el mismo rigor que el exigido para la Medicina convencional. En España, hay que destacar la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, que en el capítulo V se refiere a las garantías sanitarias de los medicamentos especiales, entre los que se encuentran los medicamentos homeopáticos y las plantas medicinales, y el Real Decreto 1345/ 2007, de 11 de octubre, por el que se regula el procedimiento de autorización, registro y condiciones de dispensación de los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente, que dedica los artículo 55 a 58 inclusive a los procedimientos de registro y etiquetado de los medicamentos homeopáticos.

Véase: Confidencialidad, Consentimiento, Derecho a la información sanitaria, Intimidad, Principio de autonomía, Protección de datos de salud, Salud, Secreto Profesional.

Bibliografía: ANGELL, M. / KASSIRER, JP., «Alternative medicine: the risks of untested and unregulated remedies», N Engl J Med, vol. 339, 1998, págs. 839-841; ASTIN, JA., «Why patients use alternative medicine. Results of a national study». JAMA, vol. 279, 1998, págs. 1548-1553; COHEN, MH., «Complementary and integrative medical therapies, the FDA, and the nih: definitions and regulation», Dermatol Therapy, vol. 16, 2003, págs. 77-84; EISENBERG, D. / KESSLER, R. / FOSTER, C., et al., «Unconventional medicine in the United States –prevalence, costs and patterns of use», N Engl J Med, vol. 328, 1993, págs. 246- 252; FUGH-BERMAN, A., «Herb-drug interactions», Lancet, vol. 355, 2000, págs. 134-138; HU, Z. / YANG, X. / HO, PC., et al., «Herb-drug interactions: a literature review», Drugs, vol. 65, 2005, págs. 1239-82; KINSEL, JF. / STRAUS, SE., «Complementary and alternative therapeutics: Rigorous research is needed to support claims», Annu Rev Pharmacol Toxicol, vol.43, 2003, págs. 463-484; REES, L. / WEIL, A., «Integrated medicine», Br Med J, vol. 322, 2001, págs. 119–120; SHANG, A. / HUWILER-MÜNTENER, K. / NARTEY, L., et al., «Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homoeopathy and allopathy», Lancet, vol. 366, 2005, págs. 726-732; WHO, Policy Perspectives on Medicines, núm. 2. Traditional Medicine –Growing needs and potential. Geneve, May, 2002.


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